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Desde el cielo caen ,
copos plata ardientes,
que poco a poco
destruirán mi corazón,
Antes de que ocurra,
te lo regalaré,
lo prometo por la cruz que hay en mi pecho...
La luna creciente nos vigila sin parar,
más nos guarda la, confidencialidad,
cerrando la puerta somos solo tú y yo.
Sólo conversar,
ya es suficiente como bendición...
La chimenea está encendida,
Ahora serás de mi propiedad,
aah, tan solo derrítete sin miedo,
Tan solo, prométeme la eternidad...
Las cadenas del amor que nos unen sin más
Están hechizadas, nadie las puede romper!
Esa melodía que sonó al amanecer,
y esa que tan solo tú as escuchado...
Yo seré, la que te guie a la libertad,
Tan sólo ven y tomame!
Aah... ¡Tuya seré!...